Los encantadores novios, Lucas y Marta, quisieron que 170 invitados les acompañaran en el día más importante de sus vidas. Tras darse el tan esperado “sí, quiero”, los asistentes pudieron disfrutar de un aperitivo en uno de los jardines exteriores de la finca a base de deliciosos berberechos y navajas, entre muchos otros manjares.

Tras la puesta de sol y bajo decenas de guirnaldas de luces que se mezclaban con el brillo de las estrellas, los invitados se dispusieron en las mesas redondas situadas en la zona de la Era. 

El menú, servido por Aspic fue un verdadero éxito. Así como la decoración, cuidada hasta el más mínimo detalle en la que las flores jugaron un papel fundamental en todo momento. El blanco, juntamente con el verde, fueron los colores elegidos para el conjunto floral. Hortensias blancas, paniculatas y hojas de olivera estuvieron presentes tanto en la decoración de los buffetes y espacios varios, como en los centros de mesa.

Sin duda alguna, fue una boda con encanto preciosa en la que los novios y los invitados pudieron disfrutar de una noche de verano inolvidable.